domingo, 6 de diciembre de 2015

Estado Islámico utiliza su mayor brutalidad para torturar y asesinar homosexuales


Ante una multitud de hombres en una calle de la ciudad siria de Palmira, el juez enmascarado del grupo extremista Estado Islámico leyó la sentencia contra dos hombres condenados por homosexualidad: ser arrojados desde el techo del Hotel Wael.

El juez preguntó a uno de los hombres si estaba satisfecho con la sentencia. Le aseguró que la muerte le ayudaría a librarse de su pecado. “Preferiría que me disparara en la cabeza”, replicó indefenso Hawas Mallah, de 32 años.

El otro acusado, Mohamed Salameh, de 21, rogó que le dieran la oportunidad de arrepentirse y prometió no volver jamás a mantener relaciones sexuales con otro hombre, según un testigo de esa mañana soleada de julio que dio a The Associated Press un inusual testimonio de primera mano.



EL ISIS ha difundido videos que muestran a milicianos encapuchados sosteniendo por las piernas a las víctimas antes de arrojarlas al vacío de cabeza.

“Llévenselos y arrójenlos”, ordenó el juez. Otros extremistas enmascarados ataron las manos de las víctimas a las espaldas y les vendaron los ojos.

Después los llevaron al techo del hotel de cuatro pisos, según el testigo, quien habló en la ciudad turca de Reyhanli con la condición de ser identificado solamente por su nombre, Omar, por temor a represalias.

Notorio por sus atrocidades, Estado Islámico se reserva su mayor brutalidad para presuntos homosexuales. Ha difundido videos que muestran a milicianos encapuchados sosteniendo por las piernas a las víctimas antes de arrojarlas al vacío de cabeza o empujarlas desde el borde.
Más información en: INTERNACIONALES

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